El fango del negocio musical

No quería hacer de este blog un espacio para el rencor o la mala leche.
Pero esta entrada va en homenaje a un grupo de metal, que empieza por E y acaba por Impulse, y que me han enseñado que el negocio de la música es como "una caca pintada de purpurina" que diría Estela Reynols (LQSA).
Mi pareja es batería profesional, y como cualquier músico, su gran sueño es poder dedicarse a vivir de su música y de su instrumento. Hace un año surgió esa oportunidad: Ciudad Real. Con el desembolso económico que suponía, el tiempo que nos iba a quitar y demás, con mi apoyo aceptó la propuesta.
Empezó a trabajar y a soñar. Después de unos meses empezó el sueño con inconvenientes. El capitán al mando (y que si echáis un ojo a su Facebook sale el primero, el protagonista) empezó a coger fechas de conciertos sin contar con él, a demandarle el pago del alquiler del local (cuando el fabuloso primer día se le dijo que no tenía que pagar nada) y a exigirle un rendimiento imposible para una persona que trabaja 9 horas al día y que no tiene acceso a su instrumento.
Para no extenderme, dio dos conciertos a la altura que ellos "exigían" (sin reconocimiento personal ni económico) y que también me involucró a mí. Como no "tenían a nadie" a mí me tocó cobrar entradas, vender camisetas y casi recoger instrumentos y cables.
Yo lo hacía tan contenta porque, al fin, había conseguido su ilusión.
Pero ya la pesadilla estaba haciendo su entrada para quedarse. Él empezó a estar muy nervioso, estresado, a casi no hablarme y lo que era más importante, a no ir ilusionado a tocar la batería. Hablamos sobre ello y les propuso parar un tiempo hasta que las canciones estuvieran correctas y perfectas. Se negaron a cualquier cambio. En un momento de lucidez de esos que te cambian la vida, decidimos ir a recoger la batería; previo aviso al grupo. Nadie se presentó.
La cosa quedó ahí hasta que anunciaron en Facebook la entrada del nuevo batería. Dos semanas después. Sin avisar. Sin "Gracias".
Simplemente quería dejar claro que el mundillo de las bandas de música ya no me impresiona como antes. Por muchas fotos bonitas, agradecimientos y entradas que veáis, quizá la mayoría son falsas. Publicadas sólo por el "buen nombre" de la banda, no porque detrás de ella haya personas, con sus sentimientos y sus miedos. Sólo un nombre, sin importar a quien pases por encima.