Dieciocho pisos más abajo que el nivel terrestre, hay dolor. También hay gritos,
llantos escandalosos, jirones de ropa que se desgarra, súplicas para que
alguien de arriba escuche o acuda. El panorama es el mismo por kilómetros y kilómetros.
Caos, podría decirse. Gente desesperada por las calles, miradas ausentes,
personas que caminan con miedo, a pasos cortos, confusión y terror.
La hierba no crece, no hay animales, ni luz, ni belleza, ni
nada que valga la pena mirar en el rincón de ese mundo.
Pero en una de las llamadas casas de ese lugar, mientras
ella mira por la ventana el desorden de ese día (puede ser cualquier día), él
la agarra por los hombros y la mira mientras empieza la canción. A un volumen
muy alto, la música eclipsa la desesperación de más allá del cristal.
Empiezan a bailar. ¿Cuánto tiempo llevan ahí? ¿Han sido
siempre capaces de aislarse de ese mundo con solo una canción? ¿Se conocieron
aquí o arriba? ¿Cómo se llaman? ¿O acaso es la primera vez que se ven?
La canción sigue y ellos siguen girando lentamente por el
suelo. Desde fuera surgen preguntas, pero en ese pequeño espacio que media
entre ellos dos no las hay. Se sienten y se conocen, tampoco hay respuestas.
Él la coge de la muñeca y le mira la mano mientras ella
sonríe. ¿Por qué no dura la canción para siempre? Esta vez sí ha hablado.
Pueden repetirla cuantas veces quieran.
Así que, más allá del mundo de arriba y del de abajo, siguen
bailando. Nadie los mira, pero es un baile muy importante. No es el primero y
tampoco será el último. ¿Es la canción o ellos los que hacen que esa pequeña
habitación brille?
Él no contesta. La gira suavemente hasta quedarse de frente
de nuevo. Un incendio se desata fuera, huele a humo. La canción continúa.
El baile también. Están muy juntos pero no se besan. Se
miran y se reconocen con las manos, con los acordes de la música. Respiran
hondo, están a salvo en este espacio.
No quieren estar en ningún otro lugar. Podría ser mejor,
podría ser arriba, en una playa con luz, con más gente feliz, en otra época de
sus vidas, pero es ahora.
Es esta canción y es este momento. Va terminando y el baile
termina con una reverencia por parte de él.
Comentarios
Publicar un comentario