Rabia de miel, luna de Abril

"Se vistió la nieve de vagos carmines.
¿Me quieres?- me dijo.
¡Te quiero!.-le dije.
Me besó la boca con un beso inmenso.
Abril vino al mundo y yo quedé muerto".

Juan Ramón Jiménez.

Ayer comenzó mi mes favorito del año, Abril, no por ser el de mi nacimiento, ni por el inicio de la primavera, sino porque es un respiro entre la nieve y el calor. Un respiro que suele venir en forma de lluvia, de aire frío aunque haga calor, y de nubes. Hay días de calor repentino y de frío intenso, y las flores aguantan todo lo que les venga encima.

Como curiosidad, Abril se estrena el mismo día de la semana que Julio (todos los años) y que Enero los años bisiestos, como este. También Abril termina el mismo día que Diciembre.
Su nombre parece provenir del verbo latino "aperire" (abrir) por la apertura de la Tierra hacia el Sol y hacia las nuevas semillas, aunque no está del todo claro. También se dice que proviene del griego aphrós (espuma) relacionado con Afrodita, llamada Venus por los romanos.
Hoy hace un día más o menos así:

 de romperse el cielo y relampaguear, de que los animales se asusten y quieran esconderse. Pero uno de estos días en los que no necesitas música porque ya te viene de detrás de la ventana, el golpear y gotear de la lluvia hace que la música se fabrique por sí sola.
Hoy me he sentido algo parecido a esto, solo que sin el vestido rojo:

Una especie de inspiración y expiración profunda, de relajación provocada por el ambiente y de limpieza de todo, desde la calle hasta tu espíritu si te lo propones.
Eso solo con la lluvia. La lluvia de la primavera.
Bienvenido Abril.