Inestabilidad climática

En menos de una semana hemos pasado del calor agobiante y asfixiante de esas señoras que salen a caminar a las cuatro de la tarde, untadas en aceite solar esperando un bronceado rápido y peligroso, a ver a las mismas señoras luciendo ese bronceado exprés pero ateridas de frío, eso sí, luciendo los quemazos provocados por el Sol.
Personalmente no aguantaba tanto calor, tan pronto y tantos días seguidos sin mentalizarme antes de ello, así que las bajadas de hasta 25 grados o más por las noches han sido un alivio para muchos. Y una pasarela extraña para la mayoría. Sandalias con faldas cortas y jerseys, o mi caso y el de muchos y muchas más, pantalón largo, deportivas y manga corta. Y muertos de calor.
Al menos el cambio climático da para conversaciones con propios y extraños, charlas obvias "qué calor, qué frío" pero que sirven para salir del paso muchas veces. Excepto cuando cae granizo sin parar y te pilla debajo, entonces nadie dice ni una palabra.
También el viento. Que el viento no pare, no pare no. Qué agobio.

Comentarios