Dorian Gray

"La belleza es, de las formas del genio, la más elevada, porque no tiene necesidad de ser explicada, es uno de los hechos absolutos del mundo"
El mito de Dorian Gray siempre me ha fascinado. Leí el libro cuando era bastante pequeña para una lectura así, creo que fue el primer libro "de mayores" que cogí de casa de mi abuela, y si mi tío no se lo llevó cuando se cambió de casa, todavía estará allí. Este verano puede que lo rescate de nuevo, igual que hace tantos años. Claro que no comprendí más de la mitad de las cosas que explicaba, ni las frases, pero el hecho de que un retrato envejezca y una persona no me confundía. Al final terminé cogiéndole miedo pero desde ese momento me gustó.
Hasta escribí sobre él (más o menos) en una ocasión, porque la inmortalidad a través de un retrato me sigue pareciendo extraña, cosa de magia o del diablo. Por tanto, después de ver dos adaptaciones, la de 1945 (más larga que la actual pero con más diálogo, me gusta más) y la actual de hace un par de años, Dorian Gray se merecía una entrada. 

 "Todos tenemos dentro el cielo y el infierno". 

Publicada el 20 de Junio de 1890 por Oscar Wilde para una revista y reeditada varias veces más, esta novela es considerada una de las más importantes de terror, aunque no sea un terror palpable, si no más bien terror psicológico, de los sentimientos y de la conciencia, que no se refleja en el rostro de Dorian pero sí en su retrato.
En la historia, Dorian llega a Londres heredero de una fortuna y allí conoce a Basil, el autor de su retrato y a lord Henry, admirador de los placeres y de la vida sin complicaciones. Después de ver su retrato pintado, Dorian desea ser así para siempre, ya que lo "único valioso que posees ya lo tienes: juventud y belleza", como le diría lord Henry.
Dorian se entrega a los placeres de la vida sin tener en cuenta a su conciencia, arriesgando y apostando cada vez más. Su cuerpo no sufre daño alguno, pasan los meses y ninguna cicatriz ocupa su cuerpo. Se cree un dios, con toda la vida a sus pies, y a ella y a sus placeres sigue enfrentándose.

"Las cosas de las que uno está totalmente seguro nunca son ciertas".




En cambio, su retrato sí sufre los estragos del tiempo. Cada mancha en su alma se convierte en una en el cuadro, cada arruga que él no tiene, el retrato la sufre. Hasta llegar al final de la historia.
En su época, cuando la publicó por primera vez, tuvo críticas bastante duras dado el caracter homosexual de algunas de sus partes, ya que era lo que se decía del propio Oscar Wilde.

Un clásico que volveré a leer, esta vez, para enterarme de todo.

"Me he acostumbrado a amar el secreto. Es lo único que puede hacernos la vida moderna misteriosa y sorprendente".


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