Por suerte, desde hace años, mi grupo favorito es Sôber. Escucho mucha música y muchos grupos nuevos o viejos, desconocidos para mí, pero ellos son mis especiales.
Mi grupo fetiche al que creía que no vería nunca porque cuando empecé a conocerlos y a quererlos se separaron. Hasta que hace dos años volvieron. Y en ese primer concierto fui demasiado feliz para contarlo.
Pero los festivales son numerosos, no está la intimidad de una sala de conciertos, que fue lo que se cumplió hace un año. No disfruté de las mejores vistas por llegar tarde, pero las canciones, todas y cada una de ellas, fueron especiales y emotivas. Pasé casi del llanto de "Naúfrago" a gritar con "Oxígeno" y a perderme con "Eternidad".
Aun mejor que todo esto fue poder verlos y hablar con ellos. Tengo las fotos con ellos pegadas en mi armario y las veo todos los días. Varias veces. Porque tenía pensadas cosas que iba a decirles, pero al final me quedé en blanco. Después de estar esa noche sin dormir, al día siguiente no me lo creía todavía.
Porque poca gente tiene la oportunidad de conocer a sus ídolos, a esa gente que te canta y mandas todo lo que te rodea muy muy lejos, y es sólo porque ellos te están cantando.
Para mí son ellos. Hay más, por descontado, y canciones especiales, pero al final, siempre recurro a ellos.
Sôber para siempre.
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