"El Principito", de Antoine de Saint-Exupéri

Esta entrada va dirigida al Principito. De primeras, es un libro que nunca me llamó demasiado la atención leer, pero que decidí pedirme para que los gastos de envíos me salieran gratis. Es una forma un poco extraña de pedir un libro, pero es un clásico y al menos lo tendría.
Lo que no sabía es que me iba a sorprender tanto. Los dibujos del autor y la corta historia pueden crear reparos a la hora de leer en gente que, como yo, (ahora mismo con las más de mil páginas de Los Miserables) está acostumbrada a leer historias densas y largas.
Pero el Principito es una joya. El pequeño niño rubio sale de su satélite para explorar nuevos planetas hasta llegar a la Tierra. En su viaje pasan muchas cosas, todas con trasfondo detrás, que nos hacen pensar en por qué no vemos las cosas con ojos de niño otra vez.
Inocente pero también muy fuerte, el Principito nos muestra sus opiniones acerca de los planetas que visita y de las cosas que le van sucediendo.
Inciso que, para ser tan breve, deja marca. Es fantasía, pero una fantasía preciosa, tierna, encantadora. Como los cuentos de hadas.
"Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya".

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