Jolie Coquine y un viernes por la noche



La escena de Mad Men se repetía cada vez más a menudo. "Están hablando, y no les importa dónde estemos ni lo que hagamos".
Después, ella lo acusó de infidelidad, y con razón.
¿Qué pasaría, aquí, después?
Decidió retocarse el labial fucsia que había convertido en escudo y ver el curso de los acontecimientos. Detrás de una copa, no. Más bien de una cerveza. Necesitaba la economía de los Draper como mínimo para pasar una noche entera bebiendo copas.
De improviso, alguien se acercó a ella y le repitió la misma frase de la escena que tenía en la cabeza, pero de otro modo. Hablemos, quería decir.
Empezaron a hablar durante un rato. No, visto así porque me gusta. Que te guste el rock no significa que debas ir de negro, con medias de rejilla y botas altas. Por eso desentonas un poco. Pareces más joven. Un trago. Tú es que eres más joven.
¿Qué quieres ser de mayor? La respuesta salió sin pensar porque hacía años que no pensaba en esa pregunta. Y él empezó a reír.
Lo que parecía ser una noche más detrás de un escudo se convirtió en un par de horas de hablar muchísimo, de recomendar canciones y pensar en cómo reaccionaría Don Draper si la escena hubiera tenido lugar con su esposa como protagonista, no yo.

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