Cauchemar. Parte tres



Magritt se despertó horas después porque soñó que alguien le estaba observando. Encendió la luz de la mesita y se levantó a cerrar la ventana.
Se tumbó de nuevo en la cama y, cuando giró el brazo para apagar la luz, una cara se puso encima de él. No una cara solamente, si no una persona completa.
Alguien había entrado en su dormitorio por la ventana, y Magritt no lo conocía. Intentó levantarse pero la persona le tapó la boca con una mano enguantada. Su rostro era vacío, sin expresión en los ojos, como si fuera un dibujo animado. Entonces cayó en la cuenta.
"Eyeless Jack", pensó.
¡Pero era real! Lo estaba viendo, y lo que era peor, estaba notando su fuerza encima de él. Quiso agarrarlo por el cuello con los brazos, pero Eyeless Jack apretó más fuerte su mano contra la boca de Magritt, impidiéndole moverse. La lámpara de la mesita seguía encendida y vio que eran las tres de la mañana. Faltaban horas para que sus padres despertasen.
Pataleó con fuerza sin esperar soltarse, sólo para provocar ruido.El personaje siguió apretando con una mano mientras que con la otra sacaba un móvil del bolsillo del abrigo. Sin dejar de mirarlo con esos ojos vacíos, profundos y sin emoción, le tomó una foto.
Magritt se estaba poniendo nervioso y le empezaba a faltar el aire. ¿Sería una broma por no creer de verdad en ese personaje? De ser así, se habían tomado la lección que iban a darle demasiado en serio. Ya estaba bien. Podía soltarlo, había recibido el mensaje.
Entonces, le soltó la boca y le apretó el cuello con las dos manos, hasta dejarlo sin respiración y matarlo. El pobre Magritt ya no se enteró de nada, su corazón había pasado de la taquicardia a no latir en pocos segundos.
El personaje tomó unas cuantas fotos y, después de subirlas al perfil de Magritt y escribir: "Lo he conseguido. Lo he visto, esta vez de verdad"; abrió la ventana y saltó.

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