Destrucción

Cuánto deseo asomar la cabeza fuera del agua, un momento, para ver las estrellas. Me tumbaría flotando, grabaría las constelaciones en mi cabeza y volvería a mi hogar. Tiene que estar el cielo precioso.
Hace muchos meses que no puedo salir a curiosear por la superficie. Los barcos de los humanos son cada vez más grandes y potentes, y por culpa del ruido de los motores y de las turbinas, apenas escuchan ya nuestros cantos.
La profundidad del mar, de mi casa, ha cambiado mucho. A los humanos ya no les basta con tirar sus redes, pescar más de lo que pueden comer y llevarse el coral, ahora están utilizando máquinas cada vez más grandes y extrañas para sus propósitos. Muchos de los peces que vivían con nosotras han intentado sobrevivir en la zona de medianoche (aquella que llega hasta los 14.000 metros de profundidad) pero no pueden, se mueren. Apenas hay alimento y la presión del agua es insoportable. No podemos vivir allí abajo y nos están matando aquí arriba.
Por eso tratamos de cuidar lo máximo posible los pocos remansos que nos quedan. El Titanic, por ejemplo. Seguro que, si te asomas desde la cubierta de un barco en una mañana tranquila, puedes ver su enorme esqueleto. Es cierto que hay muchos transatlánticos hundidos más, pero al Titanic le tengo un cariño especial. Me escapaba con mis hermanas para ver los camarotes cubiertos de moho y alguna vez hasta rompimos alguna cámara de vigilancia que los humanos dejaron allí.

Pero ahora es diferente. Varias sirenas y yo hemos logrado que el Hiem Spiritus, un pez de colores muy difícil de ver por los humanos, forme aquí su hogar. En las cubiertas por las que hace más de cien años que nadie pasea, ahora están los nidos de este pez.
No podemos hacer mucho más. Somos muy pocos y, aunque parezca mentira, entre nosotros, los habitantes del mar, existen rivalidades cada vez más fuertes. Claro, que como casi todos los conflictos, no ha sido cosa de un día para otro.
Andrina y Alana, dos de mis hermanas, escaparon de la burbuja de coral en la que vive ahora mi padre. Querían hablar conmigo y no sabían dónde buscarme, hasta que las dos anguilas de Úrsula las encontraron. Los dos animalejos se llevaron una bronca de las buenas por traer a mis hermanas atadas. Me alegré tanto de verlas…
Pero no traían buenas noticias. Mi padre (mi hermana Alana ya lo llamaba parásito) y Eric habían llegado a un acuerdo: la casa de mi padre sería respetada siempre y cuando los barcos y los submarinos de Eric pudieran “trabajar” a sus anchas. La barrera de coral que nos servía de parque de juegos de niñas estaba destrozada, se habían llevado hasta las rocas. Según contó Andrina, un poco más serena después del llanto inicial, unas máquinas en forma de tubos estaban perforando el suelo. Aparte de la enorme cantidad de crustáceos y peces que habían pescado, según se enteraron mis hermanas después, para venderlos a otros países.
¿Dónde quedaba Ariel en todo esto? Ella había sido una sirena, ¿verdad?
             —Está embarazada otra vez, Attina —me contestó Alana— Se ha olvidado del mar, de su vida, de todo. Sólo quiere ser la princesa perfecta para su príncipe. No quiere saber nada de todo esto.
              —Úrsula, ¿qué podemos hacer? —pregunté.
El rugido de Úrsula retumbó en las paredes de la cueva. Desapareció nadando hacia la oscuridad. Las anguilas salieron detrás de ella dejando un reguero de burbujas a su paso. Abracé a mis hermanas, con mi cabeza a punto de estallar. Ya no se trataba de mi rivalidad con mi padre, ahora estaba en juego la supervivencia de todo lo que quería.
Desde entonces estamos en un estado mezcla de vigilancia y ataque. Apenas tenemos tiempo entre limpiar las conchas de los moluscos, cubiertas de una sustancia pegajosa y negra, poner a salvo los pocos huevos que podemos salvar y poder frenar o desviar los barcos que nos acechan.
Al llegar a casa, lo primero que he visto es a Andrina dormida. La pobre lleva también unos días fuera y está agotada. Unos pequeños peces grises la rodean y ondulan el agua a su paso. No encuentro a Alana y voy directamente a ver a Úrsula, que está en la cueva, con un enorme libro en las manos. No ha notado mi presencia y continúa dando vueltas alrededor de su mesa de piedra cubierta de moho. Nunca ha sido especialmente cariñosa ni habladora, pero ahora está preocupada y bastante enfadada. ¿Hablo con ella un rato o la dejo pensar? Si supiera que los momentos más felices de mi vida los he pasado con ella, si supiera cuánto me ha enseñado…
Me doy la vuelta y la dejo sola. Me gustaría dormir un rato, así que voy al lugar donde está Andrina. Hasta que noto en el centro de la nuca un escalofrío. Es aún más fuerte que cuando alguien te está mirando. La temperatura del agua comienza a bajar de golpe y los bancos de peces salen disparados lejos de la cueva. Andrina se despierta de golpe y miramos en la misma dirección. Un segundo después aparece mi padre llevando en sus brazos el cadáver de Alana. No está triste, si no enfadado. Arroja a Alana en la roca donde dormía Andrina, por suerte unos peces rezagados se ponen debajo de ella amortiguando su caída. ¿Qué hago, lloro o grito? Vamos las dos lanzadas a mi padre cuando aparece Úrsula portando su cetro en la mano izquierda.
       — Detrás de mí, las dos, ya —Su mirada ordena más que sus palabras. Andrina intenta abalanzarse hacia mi padre, pero lo único que consigue es que una anguila le rodee la cintura y la inmovilice. Yo me quedo quieta y espero. Úrsula me ha enseñado. No hay que actuar por impulso.
El rey Tritón está más viejo de lo que recuerdo. Sigue siendo fuerte, pero su cara rezuma amargura. No es necesario que diga que ha sido él quien ha matado a mi hermana. Da un golpe con su tridente en el suelo, haciendo temblar todo a nuestro alrededor. Todos los peces se han marchado.
       —  Te lo advertí. Has hecho que mate a mi propia hija por seguir tus órdenes. Deja en paz mis barcos.
       — ¿Tus barcos? Patético desalmado, estás destruyendo el mar. —Las palabras de Úrsula eran claras y no levantó la voz— Los dioses nos dieron poder para proteger este mundo, vigilar a sus criatu…
       — ¿Sigues viviendo como hace mil años? Todo lo que estoy haciendo se llama futuro. ¿Qué importa que desaparezcan unos cuantos miles de peces? ¡Hay demasiados! ¿Para qué quiero tantas rocas cerca de mí? Obtengo beneficio, no te equivoques. Siempre quise matarte, y ahora es un buen momento.
El rey Tritón seguía su discurso y Úrsula no contestaba. Sus poderosos brazos agarraban el cetro con firmeza, su cuerpo estaba ahí, pero sus ojos se movían de un lado a otro, estaba buscando algo.
La anguila se separa lentamente del cuerpo de mi hermana. Noto de nuevo esa sensación en la nuca, esta vez me resulta más poderosa, como si todo el peso del mundo fuera a caer sobre mi espalda de un momento a otro.
Úrsula pronuncia unas palabras que no consigo entender, más que pronuncia, susurra. De reojo veo a dos sirenas que se llevan el cuerpo de mi hermana hacia abajo .Una avalancha de delfines, ballenas, esturiones, peces de todos los tamaños, pasa por encima, por debajo y por nuestro lado. Forman un escudo protegiéndonos durante apenas un segundo, para dirigirse hacia el rey Tritón, quien no ha tenido tiempo de pestañear.
El poco séquito que lleva el rey Tritón cambia de parecer al ver lo que se les viene encima. Son ellos mismos los que le atrapan e intentan arrebatarle el tridente. La arrogancia del antiguo rey del mar lucha contra la realidad y consigue lanzar un rayo de luz dorada directo hacia Úrsula. Ella no ha caído, la escucho gritar y nadar hacia mí. El haz de luz me ha cegado un momento. Lucho junto a mis compañeros del mar con la determinación del que sabe que está haciendo lo correcto. Ya no veo al que fue mi padre, sólo veo la destrucción que ha dejado a su paso, los corales quemados y secos, los nidos vacíos, el agua muy fría, el cuerpo sin vida de Alana, los bocinazos de los buques y los peces muertos por todas partes.
Casi lo tenemos. Úrsula ya está frente a él, más digna y orgullosa de lo que nunca la he visto, susurro un «gracias» para mí misma, para que ella lo escuche, y el rey Tritón se revuelve casi sin fuerzas y con su escuálido tridente apenas sujeto.
Hilos de burbujas de todos los tamaños nos rodean, el agua está más cálida que antes y muchos peces se retiran. El rey Tritón me mira por última vez a la vez que dirige una punta de su tridente hacia mí.
Lo último que veo es la sonrisa de Úrsula desvaneciéndose.

Este relato participa en el #OrigiReto2019, objetivo nº 16 (relato que ocurra bajo el agua). Si queréis más información, pinchad aquí  o aquí 
La pegatina de Febrero:

 



Comentarios

  1. Mira que no soy de sirenitas (me refiero a las tipo Disney, sirenas griegas sí.), pero me ha gustado el mensaje ecologista y como el afán de lucro y el desarrollismo puede pervertir hasta a seres mitológicos y amenazar el ecosistema. Para un público circadolescente, va muy bien este relato. Mejor que el Disneymalismo, sí. XD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola!
      Pues la verdad es que no lo había visto desde ese punto de vista... pero sí, obviando las rivalidades particulares sí puede dar ese mensaje.
      Gracias por tu comentario :)

      Eliminar
  2. ¡Hola de nuevo, cielo!

    Debo reconocer que me gustó más el anterior, en este el mensaje está mucho más claro y yo soy más de sutilezas. Y pobre Attina... Sin embargo, muy buena forma de completar el reto, y de enlazar los relatos. ¡Hasta la próxima!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por leerme Kam :)
      Quería escribir para otro objetivo, pero ya lo haré más adelante xD quería continuar un poco con Attina.
      Muchos besos!

      Eliminar
  3. Alaaaa nena, que pasada, me encanta!! Como te dice Kam una genial forma de enlazar y una mensaje brutal... A la mierda las pasteladas Disney, a veces "el mal" lleva más razón que el santo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tanto... Porque después de los finales felices de Disney, ¿qué hay? Pues eso xD
      Muchas gracias por tu comentario preciosa :)

      Eliminar
  4. Me encanta el mundo submarino que estás creando. Además con claras referencias a personajes Disney (y conste que ni he visto la peli de "La sirenita"). Me gusta ese halo de maldad y traición que dibujas, incorporando también el ecologismo. Me parece que está muy bien contado y que tienes muy claro en la cabeza cada detalle. ¡Genial de verdad!

    Me atrevo, de todos modos, a indicarte algunos puntos que podrías mejorar:

    1) "No está triste, SI NO enfadado." ¡Ojo! ese "si no", no es condicional negativa, funciona como adversativa, y por tanto ha de escribirse junto: "SINO".
    2) "El poco séquito que lleva el rey Tritón cambia de parecer al ver lo que se les viene encima." En esta frase el sujeto es "séquito", por tanto, los verbos han de ir en concordancia con él. Eso implica que lo correcto sería: "AL VER LO QUE SE LE VIENE ENCIMA", en lugar del plural que tú has puesto.
    4) "Ya no veo al que fue mi padre, sólo veo la destrucción que ha dejado a su paso, los corales quemados y secos, los nidos vacíos, el agua muy fría, el cuerpo sin vida de Alana, los bocinazos de los buques y los peces muertos por todas partes." En esta parte del texto estás enumerando, quedaría más correcto si pusieras dos puntos. Te quedaría algo similar a esto: "(...) la destrucción que ha dejado a su paso: los corales quemados y secos, (...)". Además, en ese mismo enunciado, usas el verbo "ver", pero ni los bocinazos de los buques ni el agua muy fría se ven, aunque sí se perciben a través de otros sentidos.
    5) Cuidado con las repeticiones. En el enunciado que te he señalado en el apartado anterior, metes exactamente la misma forma verbal por dos veces con muy poca distancia entre ellas. Me refiero a "veo". Trata de reducir o de buscar sinónimos. Te sucede igual en esta otra frase: "El rey Tritón me mira por última vez a la vez que dirige una punta de su tridente hacia mí". "ÚLTIMA VEZ" + "A LA VEZ". Están demasiado cerca y crean cacofonía. Busca sinónimos.

    Espero que no te molesten mis observaciones, las señalo con la mejor de las intenciones para que puedas ir puliendo esas cosillas. A mí también me gusta que me las señalen. A menudo el lector cae en cosas en que no cae el autor, ¿no te parece?

    Un abrazo enorme. Nos leemos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola!:
      Gracias por el tiempo en leer mi relato, espero que lo hayas disfrutado aunque sea un poco :)
      En cuanto a los apuntes que haces, tienes razón en lo de las repeticiones: es un error que cometo mucho, reviso el texto pero aún así alguno se me escapa. Las enumeraciones las he puesto así a propósito, para dar como más sensación de agobio. Y no, no me molestan que me digan los errores, al contrario. Siempre está bien saber lo que piensa otra persona.
      Un saludo :)

      Eliminar
  5. Como buena piscis, tengo memoria de pez. Me he pasado el relato pensando en que era la segunda parte del anterior. Y luego va y si lo es y yo con cara de tonta xD
    ¿Tienes intención de reorganizar las dos partes para darle continuidad y publicarlo en otro lado? creo que sería buena idea

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Aitziber!
      Pues la verdad es que sí, de hecho tengo idea de continuarlo, no sé si para el reto (para que no quede muy pesado, aunque pegaría con algún objetivo más xD), para dejarlo bien y presentarlo a otro sitio, no sé.

      Eliminar
  6. Buen relato! Me gusta que sigas la historia anterior, aunque me parece muy triste el comienzo y el mar sobreexplotado y los peces sin donde vivir muriendo en zonas demasiado profundas y el enfrentamiento con el padre también me parece triste u.u
    En cambio Úrsula ha cambiado para bien y bueno, en general esta muy bien escrito ^^ Enhorabuena.

    .KATTY.
    @Musajue

    ResponderEliminar
  7. Muy buenas! Curioso que lo hayas unido al anterior, aunque después de 200 relatos me cuesta recordar detalles, sí me sonaba el nombre de las protagonistas. Me he perdido cuando te refieres al padre como "rey tritón" porque por un momento pensaba que eran dos personas distintas, pero creo que no.
    Ha quedado una especie de cuento ecologista, te ha quedado bien, aunque es cierto que no es mi tipo de lectura y esperaba algo más de acción o más recrearse en el drama, de hecho me he perdido un poco cuando llega con Alana en brazos porque no he entendido de qué forma muere ¿por la contaminación? Pero bueno ya te digo que es más por mi tipo de escritura y lectura, ya que el relato en sí tampoco lo necesitaba realmente.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A buenas horas veo esto yo también xD
      Gracias Stiby. Alana muere porque el rey Tritón le apunta con su tridente, no sé si ha quedado claro en el relato o no. De ahí que Attina también "muera" al final.
      A mí también me encanta recrearme en el drama, pero parecía que sino, no avanzaba la historia, no sé si me explico. Supongo que será cuestión de práctica unir las dos cosas.
      Un saludo :)

      Eliminar
  8. Este relato mejora el anterior, que ya me había gustado. Es una continuación perfecta con una historia con trasfondo que tiene reivindicación, drama y tensión a raudales. Esa revolución marina es el colofón perfecto. Enhorabuena:)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario