23 de Agosto de 1910. Provincia de Cuenca.
— ¡Deja de tirarme piedras! —gritó la niña. Su
perro, caminando a su lado, empezó a ladrar.
—Es que me gustas mucho, Catalina —El niño se
guardó las piedras que le quedaban en el bolsillo del pantalón polvoriento—. ¿Dónde vas?
—Al palomar —contestó. Al decir esto, el niño,
Manuel, se paró en seco. Dos días antes habían asesinado a un hombre en el
palomar—. Sólo a dar una vuelta, ¿te
vienes o no?
Como para negarse. Manuel era de Tresjuncos, y Catalina, de
Osa de la Vega, dos pueblos vecinos pero enemistados desde hacía muchos años.
Se conocieron ese mismo verano en la laguna y se hicieron amigos enseguida. Si
los padres de alguno de ellos se enteraban de que veían a alguien del pueblo
vecino, les azotarían.
Y más en aquellos días, en el que dos hombres de Tresjuncos,
León y Gregorio, habían matado a José María, el Cepa, en el palomar al que
ahora se dirigían los niños. La tierra pedregosa les quemaba las plantas de los
pies, pero ya estaban acostumbrados.
Catalina se metió al palomar, al que ya se le estaba cayendo
la cal, y una paloma salió de allí dejando una pluma en el suelo. La niña la
cogió y señaló el suelo, sonriendo.
— Mira —señaló.
—Es una caca de perro —dijo Manuel, extrañado—. ¿Qué pasa con eso?
—Es de mi perro, de hace tres días —contestó la
niña, orgullosa—. Si hubieran matado al
Cepa aquí, la caca estaría espachurrada, ¿no?
— Al mover al muerto, sí, claro. No quiero estar
aquí, Catalina, vámonos.
La niña empezó a caminar mirando hacia el suelo mientras su perro iba oliendo el camino por delante de ella.
—Tampoco hay huellas. Y un muerto pesa mucho,
dejaría algo en el suelo, ¿no?
—¿Qué quieres decir? —Manuel estaba extrañado y
la miraba como si estuviera viendo un fantasma.
—Que el Cepa está vivo.
—La guardia civil se ha llevado a los asesinos,
los van a meter en la cárcel. No se puede matar a un hombre por no llegar a un
acuerdo con unas ovejas. Son malos y lo van a pagar.
—Mi padre dice que el Cepa es tonto. Una vez su
madre lo mandó a por agua al pozo de ahí abajo y tardó quince días en volver.
¿Es de tontos o no es de tontos? Yo creo que se ha perdido y que va a volver.
—Una niña no puede ser más lista que la Guardia
Civil —fueron las últimas palabras de Manuel.
Entonces Catalina se agachó y
empezó a tirarle piedras a él hasta que llegaron a la laguna.
Mientras, los dos supuestos asesinos se encontraban en la
comisaría de Belmonte, para ver si declaraban. Así estuvieron unos días, no se
ponían de acuerdo en las declaraciones ni dónde se encontraban cuando mataron a
José María.
Los encerraban por separado y al día siguiente declaraban
que habían hecho otra cosa. Que lo habían quemado, que se había ahogado en la
laguna, hasta que a uno de los guardias se le agotó la paciencia y decidió
llevarlos al cementerio.
Ese día, el pueblo de Osa de la Vega al completo vio a dos
hombres con los rostros morados por los golpes, cojeando y mirando al suelo.
Cuatro guardias los escoltaban y al llegar al cementerio, obligaron a León y a
Gregorio a cavar en el suelo el sitio donde habían enterrado a José María. No
encontraron nada salvo un zapato de mujer.
Al llevarlos de vuelta a comisaría, el pueblo empezó a
gritarles y a insultarles. La madre de José María, muy anciana, se ocultaba
tras un pañuelo sin dejar de sollozar.
Como Catalina seguía empeñada en que esos hombres no habían
hecho nada, su madre la obligó a ir a ver a don Julián, el párroco del pueblo.
Era un hombre con una enorme barriga y sin pelo, muy amable con los niños.
Tanto es así que estaba enseñando a leer en la sacristía a cuatro niños del
pueblo, ya que no tenían escuela a la que asistir. Entre ellos estaba Catalina.
—
Tu madre me ha dicho que has estado jugando en
el palomar, ¿es eso cierto?
S — Sí, padre —La niña estaba asustada, tenía miedo
de que la fueran a meter en la cárcel a ella también.
—No debes ir allí, puede ser peligroso. ¿Tampoco
conocerás a ningún niño de Tresjuncos, verdad? Sabes que son gente muy mala,
mira lo que le han hecho al pobre José María.
—No, padre.
Al notar que la niña estaba asustada, don Julián decidió
dejar pasar el tema y pasar a otra cosa. También pensaba, secretamente, que
José María aparecería tarde o temprano. Pero él, como un simple sacerdote,
tampoco podía meterse en asuntos de juzgados y de guardias civiles.
—Toma —entregó a Catalina un libro muy fino, con
las páginas ya marrones y con las esquinas dobladas—. Cuando lo termines me lo devuelves.
—Muchas gracias padre —Catalina cambió el
semblante enseguida. Cogió el librito con cuidado y se lo guardó en el bolsillo
del delantal.
A la semana siguiente León y Gregorio fueron condenados a
diez años de cárcel cada uno. El muerto seguía sin aparecer, pero estaba claro,
hasta la propia esposa de León lo dijo así en una declaración jurada, que ellos
dos habían asesinado al Cepa.
Septiembre de 1923.
Catalina estaba con un libro apoyado en la enorme barriga,
según sus cuentas, le quedaban dos semanas para dar a luz. Su hijo mayor estaba
dando de comer a las gallinas, o más bien, jugando con ellas. El libro se le
estaba haciendo interminable, pero estaba decidida a terminarlo. Sabía que
cuando naciera el bebé tendría aún menos tiempo que ahora para leer. No es que
ahora tuviera demasiado tiempo entre atender al niño, cuidar la casa y trabajar
en el campo. Pero ya comprendía todas las palabras que leía y quería saber más.
Ahora era más complicado conseguir libros porque don Julián
había muerto el verano anterior. El nuevo párroco, un chico joven que venía de
Toledo, se había negado a prestar libros a una mujer, pero por suerte don
Julián dejó escrito que Catalina debía leer todos los libros que ella quisiera.
En ello estaba, imaginando la infancia de Santa Teresa de
Jesús, cuando un portazo la sobresaltó.
— ¡Catalina! ¡Catalina! ¿Dónde estás? —Era Manuel,
su marido. Volvía muy temprano, apenas eran las tres de la tarde. Ella se
levantó con dificultad y dejó el libro encima de la silla.
— ¡El Cepa! ¡Ha aparecido!
Apresuradamente, le contó lo que había escuchado en el campo
mientras trabajaba. Según contaron esa misma mañana, el cura había recibido una
carta del párroco de Mira, un pueblo cercano. En él solicitaba el permiso de
bautismo de José María porque este quería contraer matrimonio.
Catalina se quedó con los ojos como platos sin poder
asimilar la noticia. De súbito, todos los sonidos normales del pueblo a esa
hora (niños corriendo, mujeres hablando en las puertas de las casas) cesaron.
Un silencio de medianoche cayó sobre el pueblo.
Manuel y Catalina cogieron a su hijo y salieron a la calle. Sus
vecinos hicieron lo mismo, aunque nadie sabía muy bien adónde ir. Oyeron un
grito que se convirtió en llanto y palabras dichas a viva voz que no entendían
muy bien.
Los ruidos venían de la plaza. Allí se encontraban León y
Gregorio, muy viejos para su edad pero con la mirada serena. Delante de ellos
estaba el Cepa, llorando sin parar y suplicando:
—No sabía nada, os lo juro. Me desperté y ya no
quería volver al pueblo nunca más. Pero no sabía nada, os lo juro. Yo nunca he
estado muerto. No lo sabía. No sabía lo vuestro.
Todo el pueblo estaba allí. A pesar de que nadie decía una
palabra, impactados como estaban por la noticia, los guardias mandaron a cada
uno a su casa.
***
Este relato participa en el #OrigiReto2019 cumpliendo el objetivo número 19 (escribe un relato basándote en una historia real). Se basa en el conocido por estos lares como "el crimen de Cuenca". Si queréis saber más, podéis leer esto: https://zascandileando.com/cuenca/crimen-cuenca/
Aunque parezca mentira, sí condenaron a dos hombres por un crimen cuyo muerto nunca apareció. Después también juzgaron a los guardias, a los que acusaron de torturas.
Hola. Me ha gustado tu versión, aunque se me ha quedado corta la escena inicial de la niña aplicando su lógica, certera además. Conocia el crimen, vi la película hace decenios (¿de Pilar Miró era?) y reconozco la escena final del desaparecido reaparecido.
ResponderEliminarY tiene un trasfondo de Montoyas y Tarantos/Romeo y Julieta jejeje. Ahora quiero saber si se recinciliaron los pueblos o como sorteó la enemistad municipal la parejita jejeje.
Sí, la película es del 80 o así. En las escenas de las torturas tienes que bajar la vista porque son muy duras.
EliminarY bueno, con la cabezonería que hay en los pueblos seguro que Catalina y Manuel al final hicieron lo que les vino en gana xDD
Muchas gracias por tu comentario :)
¡HOLA!
ResponderEliminarPor un momento pensé que se trataba de Romeo y Julieta, pero cuando ya condenaron a los hombres por matar, a quien no apareció hasta años después y que Catalina estaba esperando un bebe, pues me despiste jaja. No he leído esa noticia, tampoco me vi la película, pero lo haré. Anda que largarte y no decirlo por lo menos a tu madre, todo el problemón que se armó. Me ha gustado y he podido imaginarme el lugar y los personajes.
Hola!:
EliminarPasaron trece años entre una escena y otra, también podría haber puesto algo en medio y no ir tan directa xD. Puse a los niños un poco como testigos, pero parece que han llamado la atención, y yo encantada :)
Según la noticia, el Cepa era un poco "corto" porque despertarte y no volver a tu pueblo, ni enterarte de la noticia hasta muchos años después es un poco raro xD
Gracias por comentar :)
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que no estaba pensando en qué reto era mientras leía el relato, pero me ha explotado el cerebro cuando he visto que estaba basado en una historia real. Me esperaba cualquier cosa menos eso. Supongo que la realidad supera a la ficción, como dicen por ahí.
Me ha gustado que la historia se ambientase en lugares de España y que los personajes tuvieran nombres tan típicos porque no suelo leer obras así. Todo lo del palomar, el párroco, la falta de escuelas y que no dejasen que Catalina leyese libros contribuye muy bien a crear esa sensación de estar en otra época, creo que has capturado muy bien la esencia del sitio y que es muy fácil sumergirse en la ambientación gracias a esos detalles. Puede que el salto temporal haya sido un poco brusco, pero el relato me ha gustado mucho por lo demás.
Nos leemos :)
Hola!:
EliminarPues sí, cada día vemos noticias que superan a cualquier ficción... me acordé de esta noticia precisamente por eso, parece increíble que haya sucedido.
Gracias por tus palabras, poner nombres a los personajes me cuesta, así que al ser "de aquí" pues me resulta algo más fácil :)
Un saludo y nos leemos :)
¡Hola, guapa!
ResponderEliminarMe ha gustado el relato, la verdad, es fácil de seguir y no se anda con rodeos. Me gusta que añades detalles como lo de la lectura, aunque no me ha gustado mucho lo del chico tirándole piedras a la niña "porque le gustaba".
Es una forma muy curiosa de adaptar un hecho real ¡y me gusta!
Hasta la próxima,
Hola Kam!:
EliminarGracias por leerme y comentar. Me alegra que te haya gustado :)
Un beso!
Joder, pobres hombres. Da miedito ser de esos pueblos xDD A mi me ha dolido lo de las piedras, que bestias xD
ResponderEliminarMuy chulo Gemma!! ^^
Buenas!:
EliminarLa verdad es que se inventaron todo tipo de "pruebas" para inculpar a esos hombres. No sé si será cosa de los pueblos o no, pero sí que da miedo. Bueno, lo de las piedras, son niños y en esa época tampoco tendrían muchas cosas que hacer xD
Un beso :)
Hola
ResponderEliminarMe ha encantado la forma en la que nos transportas a ese ambiente rural. Captas muy bien el tipo de relaciones y comportamientos típicos de un tiempo que ni tan siquiera nos queda muy lejano. Ha sido un placer leerte.
Buenas,
EliminarGracias por leerme, y sí, no nos queda tan lejano pero parece que algunas cosas no cambian nunca.
Un saludo :)
Muy buenas!
ResponderEliminarQué bien escribes, tía, me atrapan todas tus historias y esta no ha sido menos. Los niños son geniales y toda la intriga del muerto me ha dado ganas de seguir leyendo para ver si lo estaba de verdad.
Me ha gustado sobre todo la primera parte con los niños, están muy bien reflejados. También me ha gustado cómo aparece el muerto sin saber lo que pasa, como si hubiese perdido la memoria. Y que el párroco le dejase libros a su pupila a pesar de ser una mujer.
Después de leer tu relato he leído la noticia y madre mía, me entristece no sorprenderme, sobre todo, por los abusos policiales que llevan a dos hombres a confesar un crimen que ni tal vez hayan cometido. :S Pero muy bien elegido el hecho real porque daba juego, la verdad.
Comentar que esta frase me ha sonado rara, yo diría "pasó a otra cosa": "Al notar que la niña estaba asustada, don Julián decidió dejar pasar el tema y pasar a otra cosa. " y también que tienes un par de diálogos donde has puesto espacio después del primer guión.
Un abrazote!
Hola!:
EliminarMuchas gracias por tus palabras, de verdad. Al muerto es que lo tenían como un poco "corto", por eso dice que no se había enterado de nada. Aunque también es un poco raro, las comunicaciones no estaban como ahora pero de un pueblo a otro te enterabas de las cosas, ¿no? en fin xD
Si ves la peli las escenas de las torturas son muy duras...
Gracias por las aclaraciones y un abrazo!
que interesante historia, me hace pensar en lo poco que se sabía antes sobre investigación y pruebas y lo mucho que puede hacer la comunicación de hoy día en cuanto a busquedas. Muy bien el relato, me gusta la relación de los dos niños, lo de tirarse piedras como algo natural, y el detalle de que no se le dejaban libros a las mujeres, madre mía. El pobre hombre finalmente apareció pero las culpas que los otros dos se llevaron no hay forma de borrarlas. Bien hecho, un abrazote ^^
ResponderEliminar.KATTY.
Un abrazo Katty y gracias por leerme!
EliminarHay muchas cosas que están muy bien en este relato. Me encanta la naturalidad de los niños, la recreación de la época, el ambiente costumbrista y el hecho de recordar uno de los sucesos más populares de la crónica negra española. Y pese a todo esto, tras haberlo leído tres veces sigo teniendo debates mentales conmigo mismo sobre si está perfecto como está o le falta algo. Hay una parte de mí (ahora mismo opinión minoritaria en el Congreso de los Diputados de mi cerebro) que opina que la historia queda un poco coja en cuanto al desarrollo del personaje de la niña y lo que pasó entre su niñez y su embarazo. Qué pasó con su curiosidad, su vivacidad... ¿olvidó el caso y lo dejó estar? Es demasiado interesante el principio y la presentación de ese personaje como para que quede luego tan en segundo plano. Luego hay otra parte de mí que me dice “contexto, contexto” y me sitúa en una España en la que la mujer tenía que ver, oír y callar. Pero mi debate interno no termina. Dice mi oarte guerrera que la crudeza real de la historia queda un poco edulcorada con la parte de Verónica y Manuel y que hubiera preferido que la historia se hubiera centrado únicamente en la historia de los niños, contada más en profundidad y con el crimen de cuenca en paralelo o bien en la historia de los condenados, dejando a los niños como mera presentación de la misma. Pero como te digo, y disculpa el rollo que estoy soltando, es solo una parte de mí la que piensa eso y entiendo el enfoque que le has dado y puedo decir que me
ResponderEliminarha gustado bastante, escribes genial. ¡¡Felicidades!!
Hola!
EliminarTe cuento cómo lo planteé al principio y cómo salió al final xD. Quería que el relato se centrara sólo en el crimen, pero para no empezar tan a lo bestia metí a los niños como "presentando" el crimen. Resulta que al final la historia de los niños quedó bien, pero no quería seguirla porque mi intención era centrar la atención en el crimen y no en ellos.
Vamos, que lo forcé un poco para que los niños no aparecieran más de lo debido (el típico personaje que se te va de las manos xD). Aún así, parece que da la impresión de que son dos historias contadas "a medias" y que no termino de desarrollar del todo ninguna xD
Me alegro que te haya gustado y gracias por tus palabras!
Comento con retraso... La historia de los niños me encanta, es que todo lo que sea dos niños así ya sabes a quienes me recuerda jajaja. Y yo tampoco conocía la historia, pero me gusta, aunque es cierto que algo se queda como cojo, no sé, pero me gusta el ambiente, las costumbre de la época y los pueblos. Besitos nena
ResponderEliminarAy sí :)
EliminarLa historia es genial, aunque hubiera estado mejor que se hubiera quedado en la ficción xD. Sí, con 300 o 400 palabras más la podría haber contado mejor.
Besos nena :)