Make a wish



Deseo número 295.
«Está siendo una buena noche», pienso mientras descomprimo la energía del deseo en pequeñas partes. A quien no me haya visto hacer nunca este trabajo puede parecerle magia, pero os aseguro que es simple rutina.
Un deseo (o ilusión, esperanza, como queráis llamarlo) se compone de energía, y cuando llega hasta nosotros, sólo debemos descomprimirla y distribuirla. Una parte se queda aquí, en Betelgeuse, y otra la lanzamos al Universo así, sin más. Él se encarga de transformar esa energía y de devolvérsela a su dueño, o bien se pierde para siempre.
Muchos humanos se sorprenderán al leer esto, pero los deseos que pedís a las estrellas llegan hasta ellas. Al menos, a la nuestra. Y creedme que los aprovechamos muy bien, sobre todo en noches como esta, en la que no paran de llegar deseos.
Gracias a vosotros seguimos vivos.
Si no sabéis dónde mirar una noche, buscad en alguna aplicación del móvil la constelación de Orión, la del cazador, y en la estrella más brillante me encontraréis. Soy Cameron, por cierto.
Lo de la estrella más brillante es porque nos empeñamos en que siga siendo así porque lo cierto es que Betelgeuse se está muriendo. Convivimos con los ciclos de luz desde hace siglos, épocas en las que la luz es más débil, o tan fuerte que debemos irnos de aquí. Sin embargo, la estrella siempre recupera una fuerza más o menos “normal”.
Pensaréis que es sencillo coger nuestras naves, colonizar otra estrella y vivir allí, pero no lo es. Nuestro organismo y nuestras máquinas están adaptadas a esta atmósfera y a esta presión. No soportaríamos un cambio, al menos, no en esta generación. Serían necesarias varias generaciones para que un ser de una de ellas logre adaptarse.
Exactamente cómo ocurrió con mis antepasados. Somos descendientes de los seres humanos que la Tierra dejó “olvidados” por el espacio. Camuflados como muertes accidentales o como astronautas de una nave que nunca despegó, lo cierto es que, aún hoy, no me explico cómo sus organismos resistieron. No todos, claro está. Pero cada nuevo ser que abría los ojos en un planeta que no era el suyo, era más fuerte. Así, ciclo tras ciclo hasta llegar a nosotros. 
 
¿Cómo es nuestro aspecto físico?
Pues más agradable que lo que se ve por esta constelación, creedme. Por ejemplo, mis ojos son de color naranja como los de mi estrella pero algunos de mis compañeros los tienen muy oscuros, como los de los humanos. Nuestro cuerpo es del mismo material que nuestras máquinas, flexible y resistente, por lo que no necesitamos herramientas para repararlas (ni clavos, ni tornillos).
Ojalá nuestra existencia transcurriera siempre de forma tan tranquila como ahora. Los seres humanos piden deseos y nosotros nos nutrimos de ellos, así sería lo ideal. Pero no siempre es así.
Hace unas vueltas al Sol (o años, como prefiráis) los deseos escasearon. Dedujimos que fue por la contaminación, que impedía ver las estrellas, o porque los humanos estaban tan satisfechos con sus vidas que no necesitaban nada más. Personalmente me inclino por lo primero.

Algunos de mis compañeros más débiles murieron y otros se fueron a conquistar otras estrellas. Pero, ¿por qué debíamos abandonar nuestro hogar? Si no podíamos sobrevivir con lo que teníamos, iríamos a buscarlo a otro lugar. El alto mando de Betelgeuse nos ordenó a otros cuarenta compañeros y a mí robar y encapsular toda la energía que encontrásemos, aun a costa de otras existencias alienígenas.
Una noche, con la nave “Sésamo” hasta arriba de combustible, partimos. Jamás vi un violeta tan incandescente como en aquella noche. Las estrellas vecinas parpadeaban a nuestro paso y eso nos hacía sentir muy, muy pequeños.

Yo no veo que esto esté bien, ¿sabéis? Hay otros seres viviendo tan tranquilos en sus rocas y tenemos que ir nosotros y exterminarlos, ¿por qué?
Porque son o ellos o nosotros. Nuestra especie se extinguirá si no conseguimos energía —contesté.
Vayamos a la Tierra entonces —añadió otro—. Los humanos son los responsables de nuestra supervivencia, pídamosles cuentas a ellos.

La conversación se extendió, cómo no, por toda la nave. Es bastante complicado mantener el orden en una pequeña nave espacial con todo el mundo hablando al mismo tiempo. Ordené a uno de los más jóvenes comprobar si disponíamos de los niveles de energía necesarios para llegar a la Tierra y volver.

Lo siento, Cameron, no hay suficiente —me dijo al cabo de un rato—. Pero a tres pársec tenemos una pequeña estrella. Podemos, mejor dicho, debemos coger su energía.
¿Está habitada?
Sí.

Un sutil cambio en el brillo de las estrellas nos indicó que nos acercábamos a nuestro objetivo. Del blanco pasaron al azul, tenue al principio, hasta convertirse en un azul eléctrico. Entre ellas formaban líneas de formas imposibles y una masa gaseosa blanca y amarilla las rodeaba. Nos dirigimos a una de ellas a máxima velocidad, rápido y limpio, supuse.
Me equivoqué. Nos recibieron con disparos láser provocando pequeñas quemaduras en el lateral izquierdo de la nave. Los esquivamos como pudimos y aterrizamos lo más lejos posible de los enfurecidos seres. Pero eran pocos y su munición se estaba acabando. 
 
La batalla duró poco, minutos quizá. No podían competir con nuestros misiles portátiles y su deslumbrante rayo. Noté que muchos de mis compañeros erraban los tiros a propósito, intentando salvar la vida a los seres para que pudieran huir. En cambio, otros sí que disfrutaron . Veía en sus rostros la adrenalina del triunfo.
De estos seres recuerdo sobre todo el color. Tenían todos los colores conocidos, al menos para nuestros ojos. Quizá para otros ojos sean totalmente oscuros o transparentes. Quién sabe. De todas formas ya no lo podéis comprobar porque ya no existen. Nosotros nos encargamos de ello.
Al cesar los zumbidos de los misiles y los agudos gritos de los seres, nos pusimos manos a la obra. Había que recoger la máxima cantidad de energía a toda velocidad. Pero por segunda vez en esa jornada, las cosas no salieron como esperaba.
Al desaparecer los seres, la energía salió disparada en todas direcciones. Arriba, hacia el cielo azul oscuro, hacia nuestra nave, esquivándola, hacia abajo, a una nebulosa grisácea.

¡Maldita sea! ¡No puedo encapsular nada! ¡Es imposible!
Tendríamos que haber dejado al menos a uno con vida...—susurré.

La imagen que dábamos era deprimente. Cuarenta y un seres, cada uno con un enorme cilindro metálico, intentando agarrar la nada. Daba igual que agitásemos los brazos o que pisáramos la superficie de la estrella. Además, ésta se apagaba poco a poco. La temperatura bajó bruscamente mientras un potente gas se infiltraba entre nuestros herméticos cascos.
Tosiendo y a empujones, logramos subir a la nave. Despegamos sin dirigirnos ni una palabra y sin mirar atrás. Ya estábamos lo bastante alejados cuando vimos cómo el gas verdoso rodeaba la estrella, intentado protegerla.

Cameron, ¿qué hacemos? Si no conseguimos más energía, no llegaremos a la Tierra. No después de lo que acaba de suceder.
Hay más sitios. Sigue pilotando que la próxima vez lo haremos mejor —dijo Murko.
De eso nada. Volvemos. Todos —alcé la voz— habéis visto lo que ocurre cuando coges algo que no te pertenece. Si hubiésemos llegado a un acuerdo con los seres, quizá nos habrían prestado la energía. Pero decidimos asesinarlos. ¿Somos nosotros más importantes que ellos? No lo creo. La energía total del Universo se mantiene constante, ya lo sabéis. Puede que sea necesario que nos extingamos.

Algunas réplicas sucedieron a mis palabras, pero ninguno de ellos se opuso a volver a nuestra pequeña parte de Universo.
Por última vez (así lo creí entonces) vi pasar ante mis ojos las constelaciones tan conocidas por mí, los bailes de luz blanca de las minúsculas estrellas y el infinito silencio de no tener a nadie alrededor. Sólo el vacío. 
 
«A fin de cuentas, si nuestra estrella se apaga, hay millones de ellas más. No somos tan importantes. Posiblemente lo merezcamos», pensé.

Cansados y con la reserva de energía casi rozando el límite, aterrizamos en Betelgeuse. Apenas nos quitamos los trajes de protección cuando una algarabía de risas y gritos hizo que corriéramos de inmediato hasta la base central, de donde provenía el ruido.
Todos los puestos estaban operativos. Un par de nuestros compañeros agitaron los brazos, dando a entender que nos diéramos prisa.

¡Qué lentos sois! Creíamos que no ibais a llegar jamás. Porque no me explico como una…
¿Qué pasa? —exclamé, nervioso.
¡Los humanos han vuelto a soñar! Han llegado 438 deseos en muy poco tiempo. Y muy poderosos. De humanos que… parecía que nos estaban viendo y han pedido los deseos no para ellos, sino para nosotros. Nunca había pasado algo así. ¡Mira! ¡Otro más!
Nada de descansar después del viaje —comentó uno de los comandantes—. Todos a trabajar, y que no se os escape ni un átomo. Te prometo, Cameron, que he pasado miedo. Podríamos haber muerto todos.

No hubo tiempo para más. De inmediato ocupamos nuestros puestos. De ahí en adelante, los deseos más poderosos eran aquellos que decían «Somos felices, pero queremos ver vuestra estrella todas las noches»
Nos permitió aumentar nuestras reservas de energía y estamos planeando otra visita a la estrella que “destruimos” para intentar recuperarla.
A fin de cuentas, puede que humanos y alienígenas no seamos tan diferentes.

***

Este relato cumple con el objetivo número 6 (historia que suceda en el espacio) del #OrigiReto2020. Uno de los objetivos más difíciles para mí, he leído muy poco de esto así que si queda un poco raro no me lo tengáis mucho en cuenta xD.
Objetivo Cuentos y leyendas: 7) Alí Babá y los 40 ladrones.
Objetivo Criaturas del camino: 8) Alienígenas.
Objetos ocultos: Número 6 (combustible) y 11 (un clavo).
1548 palabras. No cumple objetivo personal.
Medallas: 1/3 Giratiempo
                 1/2 Doble dragón
Para más información sobre el #OrigiReto2020, podéis pinchar aquíaquí

Comentarios

  1. Muy original el relato. Me ha gustado mucho lo de la energía de los deseos a las estrellas.
    Saludos y nos leemos.

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    1. Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado.
      Un saludo :)

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  2. Ya desde el inicio, la cosa prometía.

    A quien no me haya visto hacer nunca este trabajo puede parecerle magia, pero os aseguro que es simple rutina.

    Ahí estas citando de alguna manera la tercera ley de Clarke, que viene a decir que cualquier tecnología extremadamente avanzada nos indistinguible de la magia.

    Me ha gustado mucho que la base del relato sea la alarmante perdida de brillo de Betelgeuse; es un tema de actualidad y la verdad, ya no es ni de lejos la estrella más brillante de Orión. Suelo mirarla cada noche que puedo, mientras saco a las perras, y es patente el "deslucimiento". No creo que lleguemos a ver la supernova porque posiblemente la luz de la explosión no llegue durante nuestra vida, aunque todo es posible. Si es que esa es la causa de la caída en su brillo, que hay controversia en ese punto. Quizás no lleguen suficientes deseos, quizás hayamos dejado de mirar al cielo con sentimientos, con romanticismo, solo científicamente ya y por eso me ha encantado tu relato. Buena explicación mágica, que quizás sea tan cierta como que no entendamos ni sepamos todas las leyes científicas que rigen en el universo.

    Muy curioso lo de que los Betelgeusianos sean descendientes de astronautas perdidos. Primero porque, en cierto modo y en consonancia con esa magia/tecnología extraterrestre/mecánica universal, sirve de homenaje a astronautas y cosmonautas (creo que aún no ha caído ningún taikonauta chino, que se sepa) que han dado la vida ampliando las fronteras del conocimiento y la exploración espacial. Y segundo, porque así parece que le das un aire de ciencia ficción vintage de la primera mitad del s. XX, más o menos, que mola bastante. Por explicar esa raza a medio camino entre espíritus de fallecidos y generaciones futuras, o incluso "roboces". No sé bien como expresarlo, por eso te decía que "las sensaciones eran buenas". Porque este relato, lejos de ser CiFi Hard y estando a un paso de caer de la CiFi soft a la fantasía, sobre todo provoca sensaciones y emociones. Así que has saludo de tu zona de confort con honores, diría yo.

    Con la moralidad de los Betelgeusianos, el dilema moral de subsistir a costa de la extinción de otros seres y mundos o de resignarse a la propia extinción si es que es lo que les reserva la evolución natural de su mundo y la decisión que toman (que parece incluso influenciar a los terrestres y propiciar su salvación e ir más allá, a intentar regenerar el mundo que torpemente destruyeron sin conseguir la energía que buscaban), diría que has hecho un relato de CiFi-fantasía espacial vintage hopepunk. Lo mismo has creado un genero y todo, jajaja.

    Y esa forma de meter a Alí Baba, muy buena.
    Lo mismo, mi recomendación de febrero, va para ti de nuevo ;)

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    1. Me has dado la vida con tu comentario, de verdad :) cuando me salió este objetivo en el sorteo pensé en repetirlo xD porque es algo que me da mucho respeto escribir, creo que ha sido el único relato que lo tenía escrito casi todo a mano antes de pasarlo.
      Busqué noticias relacionadas con el espacio y la pérdida de brillo de Betelgeuse fue la que más llamó mi atención. Pero también (al no haber escrito nunca nada de esto) necesitaba algo "real" con lo que enlazar el relato. Y como siempre se han pedido deseos a las estrellas, pues...
      Claro que no valía desde la perspectiva de los humanos, sino de la otra. Que por cierto también se me ocurrió sacando al perro xD.
      El origen de los betelgeusianos sí lo tenía claro. No podían estar del todo desligados de la raza humana porque se alimentan de ella. Así que pensé que por qué no puede haber astronautas/cosmonautas perdidos y que una parte de la raza humana sobreviviera en la estrella. De ahí también los dilemas de si destruir otra estrella para poder seguir viviendo ellos. Y sí, también intenta influir en los terrestres.
      Mil gracias por tu comentario, es un género que cada vez que leo algo me da envidia pero, al no tener nada de base, me daba cosa publicarlo y que no se entendiera bien. Con la lista que me pasasteis en Twitter de libros de cifi, exploraré y escribiré más porque es un género que da mucho juego.
      Un abrazo y nos leemos :)

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  3. ¡Hola!

    La verdad es que yo tampoco entiendo mucho de ciencia ficción ni del espacio, soy de fantasía al 100%, pero me ha gustado el relato aun así. Me ha parecido muy original que estos alienígenas vivan a raíz de los deseos que se piden a las estrellas, y me ha encantado la puyita a la contaminación que no deja ver las estrellas por la noche. Muy buena crítica.

    El final ha tomado un giro inesperado con eso de los humanos preocupándose por algo más que por sí mismos. Por último, destaco las descripciones, porque el relato está muy bien escrito. Me ha gustado mucho esta en concreto: «Un sutil cambio en el brillo de las estrellas nos indicó que nos acercábamos a nuestro objetivo. Del blanco pasaron al azul, tenue al principio, hasta convertirse en un azul eléctrico. Entre ellas formaban líneas de formas imposibles y una masa gaseosa blanca y amarilla las rodeaba. Nos dirigimos a una de ellas a máxima velocidad, rápido y limpio, supuse.»

    Un saludo y enhorabuena por el relato (y por el gran esfuerzo que me imagino que conlleva sin ser algo a lo que estás acostumbrada). Te ha quedado genial :)

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    1. Hola Marga,
      Gracias por tu tiempo y por tu comentario :)
      Me alegra que lo hayas leído sin ser un género que te guste especialmente. Espero que te haya gustado el final, parece que los humanos al fin entendieron que para mantener el equilibrio es necesario que dejen de mirarse el ombligo y piensen en las demás razas.
      Las descripciones las hice para meterme más en la historia, para que no quedara la historia tan "en el aire", me alegra que te hayan gustado :)
      Un abrazo y nos leemos!

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  4. ¡Buenas, buenas!

    Gema, a mí no se me ha hecho nada raro el relato, igual es porque no soy una chica de CiFi. 🤷🏽‍♀️ Ya, en serio. Es un relato muy bueno.

    La historia de Cameron (cada que leía el nombre una pequeña parte de mi cerebro susurraba: Camarón. x'D) es muy hopepunk. La historia en sí es hopepunk. GRACIAS.

    La idea de que los deseos son energía es TAN bonita que ahora solo pensaré en los deseos de esa forma. Es una forma muy bonita de verlo y es, en parte, lo que más me ha gustado. Lo que menos me ha gustado y me ha dejado mal sabor es la aniquilación de la otra estrella. Estoy afectada por Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas (la peli, perdón) así que toda la destrucción ja sido muy visual para mí. :(((((( La resolución de Cameron es desgarradora y muy ¿buena, sensible, ilógica? Es, no sé, es las últimas palabras de un condenado a muerte.

    Como en enero, ha sido un gusto leerte, Gema. Y que la Gran Diosa Gamba Cósmica Intergaláctica te bendiga con mucha inspiración.

    Besos.

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    1. Hola Carly!:
      He escrito hopepunk sin saber lo qué era xD así que estoy muy orgullosa de mí misma. Me alegra que te haya gustado la historia, la otra estrella dudaba si destruirla o no pero al final decidieron ellos, como pasa siempre xD.
      También es verdad que la resolución de Cameron hace que piensen en ellos como parte de un todo universal, no sólo en ellos.
      Mucha inspiración de la Diosa Gamba también para ti :)
      Besos!

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  5. Buenas tardes

    Pues he leído tu relato y me ha gustado mucho. No puedo hacer un comentario largo porque muchas cosas que he pensado al leerlo ya te las han dicho.

    Aportaré que tiene un aire tierno que me recuerda ligeramenta a El Principito, que, no olvidemos, era un astronauta. Sus viajes por los asteroides le llevan a encontrarse a gente pintoresca y el tono es, en general muy tierno. En tu caso, rompe la ternura la batalla en la estrella a la que asaltan, aunque la describes con mucho cuidado, sin entrar en detalles escabrosos.

    Solo un detalle. Las estrellas, al igual que Júpiter o Saturno, no tienen superficie. Son bolas de gas, en esencia. Por el tono de tu relato no desentona y me parecen una forma de hacer la historia bonita. Por cierto, a mí también me da pena lo que le está pasando a Betelgeuse.

    Enhorabuena por el relato. Si no fuera porque ya decidí recomendar a otro, este tuyo sería un buen candidato a relato a recomendar.

    Un saludo.

    Juan.

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    1. Hola Juan,
      No sabía que las estrellas no tenían superficie, no lo busqué xD. Pero como la historia tendría lugar en Betelgeuse, necesitaba que hubiera "gente" viviendo allí.
      Me alegra que te haya gustado el tono del relato y que a pesar de los fallos no desentone mucho. Ya lo puse por Twitter, pero desde que escribí este relato estoy pendiente de lo que le está pasando a la estrella.
      Muchas gracias por tu tiempo y tu comentario :)
      Un saludo!

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  6. Hola! Me ha gustado bastante tu relato, sobre todo esa sensación de incertidumbre que se siente mientras recorres el universo que has formado, en el que la magia es costumbre y los deseos la fuente de energía de espectros espaciales.

    Ese pequeño lapso en el que esos seres que se alimentan de deseos van a la guerra me ha sorprendido. Me ha gustado mucho la observación de que hay algunos que erraban a propósito los tiros mientras oros disfrutaban de la adrenalina. Se ve que estos astronautas espectrales siguen siendo muy humanos a pesar de todo....

    He echado de menos un poco más de explicaciones a la hora de alimentarse de los deseos... No sé, tal vez sea algo solo mío, pero me habría encantado cuáles son aquellos que alimentan más o si se emocionan al recibirlos, y no solo se alegran de recibir la energía....

    En general, un relato muy bien escrito.

    Un saludo y nos leemos!!

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    1. Buenas!:
      A la hora de escribir la destrucción de la estrella, me lo imaginé como una batalla en la Tierra. Supongo que hay soldados que disfrutan matando y otros que simplemente están allí por obligación. Además, que descienden de los humanos por lo que algo les quedará de ellos...
      No puse más acerca de los deseos porque, como el relato no tiene lugar en la Tierra, la emoción a la hora de pedir un deseo viene de ahí, y llega únicamente la energía a Betelgeuse. Aunque como tú dices, hubiera quedado bien poner un ejemplo y ver cómo reaccionan unos y otros :)
      Gracias por leerme :)
      Un saludo!

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  7. ¡Hola!

    A decir verdad, no suelo leer scifi, salvo en los relatos del OrigiReto pero debo decirlo: estáis haciendo que me guste muchísimo.

    El concepto del relato me ha encantado. Una estrella que muere y necesita ser salvada por sus habitantes. Cameron tiene razón, tal vez humanos y alienígenas no seamos tan diferentes. A fin de cuentas, si bien el sol todavía está en su apogeo, nuestro planeta está un poco... bueno, maltratado.

    La idea de que los deseos de los humanos llevan energía a las estrellas me ha parecido preciosa y muy tierna. Sobre todo porque adoro la astronomía y mirar el cielo por las noches (tengo suerte de vivir en una zona con poca contaminación lumínica), y no sé, es una idea muy bonita.

    Me ha gustado mucho la forma en que está narrado, se hace cercano y permite empatizar bastante con Cameron.

    En líneas generales, es un relato muy bueno. ¡Te seguiré leyendo!

    ¡Saludos!

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    1. Hola Thaly!:
      Yo tampoco suelo leer ci-fi, sólo los relatos del Ori, pero son tan buenos que me estoy aficionando xD. Me daba un poco de reparo empezar por si no entendía nada, pero estoy viendo que es un mundo al que se le puede sacar mucho partido.
      Me alegra que te haya gustado mi historia, al final, humanos y alienígenas vivimos en el mismo sitio casi y si no colaboramos unos y otros nos extinguiremos.
      Gracias por tus palabras, me da un poco de pena pensar que lo que pedimos a las estrellas se quede ahí, sin más, quién sabe si no llegará en forma de energía dentro de millones de años !
      Eres bienvenida cada vez que quieras :)
      Un saludo!

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  8. Ay esto me ha parecido genial me encanta que le hayas dado ese bonito giro al final porque ya creía que iba a terminar llorando xD muy buena idea lo de la energía de los deseos y sueños, y me ha gustado mucho la forma en que lo narras y como va subiendo la tensión hasta que te encuentras en medio de una guerra. me gusta la explicación al comienzo, de cómo los deseos no llegan a las estrellas.

    Como detalle, hay varias frases por ahí que pierden un poco el formato y quedan como más distanciadas, no sé por qué. Bien hecho en general, aunque Cameron me ha parecido un nombre extraño de pronunciar, ¿no dirás Cámeron o Camerón? me quedo con la duda xD Un abrazote.

    .KATTY.

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    1. Hola Katty,
      Gracias por tu comentario :) me alegra que te haya gustado mi forma de contarlo y sobre todo el final que muestra un rayito de esperanza. Y el nombre del protagonista, lo diría de la primera forma, la verdad es que no había pensado en cómo lo pronunciarían los demás xD. Un abrazo y gracias!

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  9. ¡Holi!

    Me ha parecido curiosa la elección temática del relato, como te han comentado por arriba, que termina siendo de science fantasy. Tienes muy buenas descripciones y me ha gustado bastante el final esperanzador, aunque no estoy muy segura de que sea tan hopepunk como te dicen: al fin y al cabo, Cameron pierde la esperanza en su salvación y la fe en sus compatriotas durante el proceso, lo cuál ha sido extremadamente triste y, personalmente, no me ha gustado mucho. Parecía que el relato tiraba para un lado y luego has dado un giro brusco y lo has solucionado sin explicar la solución, dejándome bastante confundida, aunque por los comentarios anteriores parece que soy sólo yo la que no tiene muy claro por qué los humanos han cambiado de praxis y, especialmente, cómo han sabido de la situación.

    Igualmente el relato me ha entretenido bastante y me ha parecido curioso.

    Nos leemos

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    1. Hola Kam!:
      Gracias por tu tiempo y por tu comentario. Entiendo lo que quieres decir, es mi primer relato de este estilo y es normal que veas cabos sueltos. En cuanto al giro del final, me hacía ilusión ver cómo Cameron llegaba sin esperanzas y al final se solucionaba todo, así, sin explicaciones.
      Me apunto tus comentarios para próximos relatos :)
      Un abrazo!

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