El sentimiento negativo.- Deberías

Hace unas horas terminé con "El sentimiento negativo" de Risto Mejide y me ha gustado. Si te gusta el personaje te gustará el libro, y si no creo que también. Porque juega con las palabras, con las frases y excepto por algunos tecnicismos de publicidad y consumismo, el libro merece la pena.
Lo raro es buscar algún capítulo en concreto, porque está numerado hacia atrás (termina en la página 2) eso sí, son muy cortos, dos o tres páginas como máximo por cada capítulo.
Se lee muy rápido porque no es una historia continua, son relatos sueltos sobre (mejor dicho, contra) sí mismo, la amistad, las relaciones personales, la educación, la inspiración, la prudencia o el desapego.
Repetiré con "Que la muerte te acompañe" porque aunque Risto no sea un clásico o (al menos en este libro) no sean historias que te marquen, hay trozos que te dejan pensando un buen rato y eso para mí es básico en un libro.

Pondré un capítulo de este libro, "Deberías", no es mi favorito pero es un trueque de palabras bastante interesante.

"Deberías ser un derecho fundamental. Estar recogida en la constitución. Obligada por decreto ley. Aprobada por minorías muy absolutas.
Deberías estar patentada. Registrada como propiedad intelectual, industrial, personal y emocional. Dejar en ridículo y evidencia tanta copia y falsificación.
Deberías estar protegida. Parque natural. Maravilla del mundo. Reserva de la biosfera. Patrimonio de tu Humanidad. A partir de cierta hora, deberías estar prohibida. Solo para adúlteros. Sólo para ellos, y para mis ojos. La menos apta para casi todos los mayores.
En el resto del territorio, deberías prodigarte por entregas. Darte de poquito en poquito, perdona pero es lo que tiene ser tú. También deberías salir en las películas. En todas las previsibiles. En todas las que necesiten un gran final. Y en las que vayan directamente a DVD.
Deberías figurar en los cuentos. contra toda bruja mala, a por todo lobo feroz.
Deberías ser noticia. En todas las ediciones, justo después de los deportes, antes de cada temporal. Deberías estar en los sellos. Sólo en cartas de amor, de las que ya nadie escribe, de las que ya nadie quiere leer.
Deberías sonar todo el día, una canción con tu nombre. Una de esas que es casi imposible versionar sin caer en herejía o sacrilegio. Y hablando del tema, deberías tener tu lugar reservado sobre cada altar. Para irle dando por saco a cualquier santería o santidad. Deberías hacer tantas cosas.
Como por ejemplo, volverte dinero. Tan fácil de perder, tan dificil de ganar. Y a veces volverte hostia. Tan fácil de ganar, tan dificil de olvidar.
Deberías ser producto de gran consumo. Acompañada siempre de tu eslogan. Ni se le ocurra salir sin ella.
Ser camiseta, o mejor, ropa interior. Imagino que no hay que explicarte por qué. Deberías llegar a todos los quioscos. Entre chucherías muy dulces y revistas que se compran por los artículos de investigación.
Igualmente habría que colocarte en las farmacias. Entre profilácticos con sabores y pastillas para la lumbagia, dosis de dos, cuatro y seis carcajadas al día.
Deberías cobrar por suspiro. Plus de peligrosidad cada vez que hicieras suspirar. En cuanto al precio, no sé, deberías salir más cara que la sputas de lujo, pero tampoco tanto como un político, no nos vayamos a engañar.
Deberías convertirte en trofeo. Y declararte desierta edición tras edición.
Salirte de todos los mapas. Crecerte en los circos de enanos.
Poner a parir a todas las burras. Y a caer de un burro a las que aún no lo son.
Deberías embotellarte en frascos de perfume. Que hubiese que restregar mucho para sacarte de la botella. Y luego encima tuviesen que concederte los tres deseos a tí. Fabricarte a mano y a máquina. Estamos hartos de tanto frotar. Patrocinar las cajas de kleenex.
Poner a prueba el blanco de Ariel.
Y ya puestos, deberías mirar mejor con quién andas.
Deberías alejarte de mí.
Aunque al final, supongo que acabarás haciendo lo que siempre haces.
Lo que te da la gana" 

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