La teoría de Delilah 1.6

Las siguientes horas en el hospital fueron un auténtico caos. Llegó la policía, los médicos del hospital estuvieron atendiendo a la madre de Delilah hasta que declararon que había muerto por sobredosis de heroína. Mientras tanto, Rebecca cogió a la niña y estuvo con ella toda la tarde.
Al fin Delilah estaba tranquila, se durmió en los brazos de Rebecca y le sonreía cuando se despertó, como hacía siempre. Rebecca aún no tenía claro cómo había podido matar a la mujer, se miraba las manos y  no veía manchas de sangre, o las uñas sucias. Sus manos estaban igual que siempre.
Ya tendría tiempo de pensar en ello, la policía no le hizo preguntas, el juez autorizó el levantamiento del cadáver y los seres del hospital volvieron a su vida ordinaria. También Rebecca, que volvió a su trabajo y no hizo comentario alguno sobre la muerte, volvió a dejar a Delilah en su camita y no pensó más en lo que quedaba de día.
El baño había quedado totalmente limpio, el hospital no tenía cámaras de seguridad así que Rebecca podría estar tranquila. Esperaría unos días antes de pedir la custodia de Delilah, para no levantar sospechas y que pasara el shock de la muerte de su madre.
¿Ha merecido la pena?
Delilah empezó a llorar, aunque estaba con una enfermera que la estaba acostando mientras Rebecca daba la cena a algunos seres enfermos. Rebecca fue corriendo ya con su ropa normal y su abrigo, pues se tenía que ir a su casa.



La niña al verla extendió los brazos y se calmó, aunque seguía haciendo pucheros.
- Ha empezado de pronto.- comentó la enfermera.- Esta niña nunca llora, y lo sabes.
- Ha venido mucha gente aquí hoy.- dijo Rebecca.- Estará nerviosa.
- Supongo, ni de bebé tuvo un ataque de lloro como este... ¿Crees que habrá sentido la muerte de su madre?
- Delilah no conoció a su madre.- dijo Rebecca secamente.- Aunque puede que lo haya sentido, sí, es lógico.
- Vete ya Rebecca, parece que se ha dormido.- La enfermera cogió a Delilah y la tumbó.
- Gracias, hasta mañana.
- Buenas noches, Beck.
Rebecca salió del hospital con la bufanda tapándole la cara porque hacía mucho frío y viento. Ya estaba abrigada antes de salir de la calefacción del hospital cuando una sombra cruzó por el pasillo dirigiéndose hacia el cuarto de baño donde había muerto la madre de Delilah.
¿Una sombra?
Rebecca fue al cuarto de baño y encendió las luces pero no había nadie. Olía a lejía, muy fuerte, lo habían desinfectado todo muy bien.
Salió a la calle pensando que no había sido nada, sólo un espejismo debido al estrés de aquel día interminable. Delilah pasaría esa noche en el hospital, como la noche anterior, y no con su madre.
¿He hecho lo correcto? Se preguntaba. Rememoró todo lo que había sentido mientras mataba, la impotencia, la certeza de que esa mujer no le daría a Delilah la vida que se merecía.
Pero esta noche no.
Mañana se interesará por la madre de Delilah, si alguien preguntó por ella o fue a buscarla a donde quiera que viviera.
Esta noche toca dejar el cuarto a punto, terminar de limpiar y fregar el suelo tal vez. Aunque pasen semanas o meses antes de que obtenga la custodia de Delilah, quiere tenerlo todo a punto.
Sin esa mujer espantosa, Rebecca veía el camino más fácil para que la niña viviera al fin con ella. Así que se durmió pensando en la niña y en la vida que vivirían juntas, la guardería, el parque, los patos, ¿la llamaría mamá? Quedaba mucho por hacer, mucho, demasiado para una sola noche...
Estaba casi dormida cuando intuyó que unos ojos oscuros la miraban desde la puerta de su dormitorio. Se despertó, encendió la lámpara pensando en la "sombra" que había visto en el hospital, pero no había nada.
Hacía mucho frío, pero es normal de madrugada.

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